27 enero 2007

El rayo que no mata

Active Denial SystemEl Departamento de Defensa estadounidense ha presentado esta semana lo que no ha dudado en calificar como una revolucionaria arma no letal para ser empleada en conflictos como el de Irak: un invisible rayo de ondas electromagnéticas que produce la sensación de estar a punto de entrar en combustión.
Ideado para controlar efectivamente a multitudes hostiles sin emplear la fuerza, este nuevo sistema móvil consiste en una gran antena rectangular montada sobre un todo-terreno que proyecta rayos de energía a una distancia efectiva de quinientos metros.
Algunos periodistas que se han prestado como conejillos de indias en la presentación de este ingenio han confirmado que reproduce una incómoda sensación de calor similar a cuando de repente se abre la puerta de un horno de cocina a altas temperaturas. A partir del perfeccionado prototipo presentado esta semana en una base de la Fuerza Aérea en el estado sureño de Georgia, el Pentágono espera poner en servicio esta herramienta no letal en cuestión de dos o tres años.
Según explicaba el coronel Kirk Hymes, en el desarrollo de la tecnología del "Active Denial System" se han invertido unos sesenta millones de dólares. Todo con el objetivo de lograr una alternativa necesaria en la escalada que supone «pasar de gritar a disparar». Sus aplicaciones no están limitadas a los escenarios de combate, ya que este ingenio podría ser de utilidad para unidades policiales anti-disturbios, puestos de control fronterizo o seguridad portuaria.
Este rayo de energía, desarrollado con ayuda de la compañía Raytheon, es capaz de elevar la temperatura de la piel hasta unos 55 grados centígrados. Desde los primeros experimentos, iniciados hace doce años, se supone que unas 10.000 personas han sido expuestas al llamado "Guardián Silencioso" sin registrarse heridas que requiriesen tratamiento médico.
Los responsables de este proyecto han destacado que solamente se necesitan dos soldados para manejar este sistema, que puede ser instalado también en barcos, aviones o helicópteros. Con la ventaja adicional de tener un alcance sustancialmente mayor al de otras armas no letales, como las balas de plástico.
Para asegurar que el "Guardián Silencioso" no causa quemaduras, este sistema está programado para penetrar solamente una fracción de un milímetro en la piel; lo suficiente como para causar una limitada sensación de excesivo calor, pero sin causar quemaduras.