El chip más pequeño de la historia
"El número de transistores en un chip se duplicará cada dos años". Esta aseveración, realizada en 1965 por el cofundador de la compañía de componentes electrónicos Intel, Gordon Moore, había sido puesta en duda en los últimos tiempos. El público demanda artilugios electrónicos más pequeños, potentes y fiables. El dinero y el diseño de procesadores más reducidos y eficientes eran las barreras que impedían satisfacer esa demanda y ponían en peligro la aplicación de la llamada Ley de Moore, antes citada. Una de esas barreras, al menos según Intel, ya ha sido derribada: La compañía acaba de anunciar la fabricación en serie de unos nuevos chips microscópicos compuestos por transistores de 45 nanómetros (45 milmillonésimas partes de un metro). Hasta ahora los más pequeños medían 65 nanómetros y presentaban problemas de sobrecalentamiento y pérdida de información. Todo indica que este nuevo invento logrará que la máxima de Moore siga vigente "en la próxima década", según fuentes de la empresa. Intel asegura, además, que sus chips serán más rápidos, fiables y eficientes, lo que permitiría la fabricación de artilugios más pequeños y con más capacidad de cálculo.
Un chip está formado por uno o varios procesadores, y un procesador está compuesto a su vez por transistores: conmutadores que se encienden y apagan activados por pequeñas descargas eléctricas.
El primer transistor de la historia, creado en 1947, ocupaba la palma de una mano. Un centenar de los que Intel acaba de inventar cubren la superficie de un solo glóbulo rojo, según indica la compañía.
A medida que las dimensiones de los chips se han ido reduciendo, parte de esas descargas eléctricas que debían ordenar el funcionamiento de los transistores se perdían. Algo así como si los minúsculos transistores no pudieran absorber toda la carga eléctrica a la que son sometidos. Ello se traducía en pérdidas de información y recalentamientos en los ordenadores; algo que, según Intel, no pasará con su nuevo chip. La clave es un nuevo material, un metal llamado high-K.
La compañía estadounidense ha bautizado como "Penryn" a estos nuevos chips, pero ése no será su nombre comercial definitivo. Tampoco se ha hecho pública la velocidad de cálculo de estos componentes, que comenzarán a ser frabricados en tres factorías (dos en EE.UU. y una en Israel) a finales de año.
"Es el mayor cambio en la tecnología de transistores" desde finales de los sesenta, ha declarado el propio Moore.
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