28 julio 2008

Futuras armaduras militares inspiradas en la anguila dinosaurio

Polypterus senegalusFinanciados por las Fuerzas Armadas de Estados Unidos y según un estudio publicado en 'Nature Materials', un equipo de investigadores del Massachusetts Institute of Technology han analizado la composición de las escamas del Polypterus senegalus, más conocido como la "anguila dinosaurio", cuyo origen se remonta a hace 96 millones de años. Y es que resulta que las escamas protectoras de este primitivo pez, que todavía se encuentra en balsas de agua dulce en el continente africano, podrían servir de inspiración para fabricar armaduras militares por su eficacia contra los ataques.
A diferencia de los peces actuales, éste tiene una piel que parece una armadura, con escamas compuestas de cuatro capas de material diferente, cada uno con su función, y un grosor de aproximadamente cien millonésimas de metro.
Los científicos han examinado cómo las distintas capas se complementan entre ellas para proteger los tejidos blandos del cuerpo del pez de los mordiscos, ya que este tipo de anguila es conocida por ser territorial y atacar a miembros de su propia especie. Así, con métodos nanotecnológicos, han comprobado que el animal tiene una capa exterior de ganoina, dura y resistente a la penetración de objetos punzantes como dientes; otra de dentina, que es más suave y disipa la energía, y una tercera de isopedina, con una estructura de "contrachapado" que proporciona una segunda línea de defensa contra mordiscos profundos. La cuarta capa es la capa basal ósea. Los científicos pusieron a prueba la "armadura" del pez simulando un mordisco en una escama extirpada quirúrgicamente. Hallaron que su hábil diseño impedía que el daño se extendiera por toda la escama, sino que se circunscribía a un círculo en el área afectada. La secuencia y grosor de las capas, y la manera cómo están unidas, son clave en la preservación de una fortaleza mecánica y resistencia a la penetración, al tiempo que tienen un peso ligero para facilitar la movilidad del pez. Con este conocimiento, hay un gran potencial para el desarrollo de mejores materiales estructurales inspirados biológicamente para vehículos militares e incluso soldados.